EL LIDERAZGO NO ES ALGO INNATO

El liderazgo es cuestión de acción y no de discurso, de ejemplo y no de demagogia, es servicio y no egoísmo. El liderazgo es más poderoso cuanto más comprometidos se sienten los colaboradores. Depende no tan solo de los conocimientos y las habilidades técnicas sino y también, sobre todo a niveles altos en las organizaciones, de las cualidades sociales y emocionales.
Daniel Goleman, doctor en Psicología por Harvard y autor de numerosos libros sobre la inteligencia emocional dice: “He estudiado 500 organizaciones para determinar como es un "trabajador estrella". En todos, la inteligencia emocional es dos veces más importante que el conocimiento técnico. En los directivos importa un 90% más la inteligencia emocional que otros factores”.
Según Goleman la inteligencia emocional es una forma diferente de ser inteligente. No es la inteligencia académica, sino la que sirve para la vida práctica. Es reconocer las propias emociones, fortalezas, debilidades, tener autoconfianza, saber controlarse, adaptarse, motivarse, ser optimista, persuasivo, tener iniciativa, integridad, empatía, capacidad de trabajar en equipo, hasta 24 campos de trabajo personal.

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En su libro “El líder resonante crea más”, Goleman dice: “ La tarea principal de un líder consiste en alentar un clima de cooperación y confianza que solo es posible mediante la inteligencia emocional. Cada uno de los cuatro dominios de la inteligencia emocional -conciencia de uno mismo, autogestión, conciencia social y gestión de las relaciones aporta un conjunto esencial de habilidades al liderazgo. La relación que hay entre estas competencias se podría resumir diciendo que la autoconciencia posibilita la empatía y la gestión de uno mismo y que la adecuada combinación de estas dos últimas permite la gestión eficaz de las relaciones. La conciencia de uno mismo es el fundamento esencial del liderazgo emocionalmente inteligente. Si no reconocemos nuestras propias emociones, difícilmente podremos gestionarlas y comprenderlas en los demás.
Las emociones y los estados de ánimo son fuertemente contagiosos.

1. El líder no es fruto de la genética, aunque puede ayudar a que sea más espontáneo en algunos rasgos propios de ello; además un líder espontáneo siempre posee rasgos positivos y otros que no lo son para ejercer como tal.
El liderazgo es, sobre todo, el resultado de practicar unas habilidades que, como se describen aquí, no son caprichosas sino fruto de una educación y disciplina que aseguran su buena ejecución.
2. No es un iluminado, es un ser como todos sus semejantes, la diferencia está en que piensa, siente y actúa de acuerdo a unos modelos que se han demostrado capaces de influir fuerte y positivamente en los demás.
3. Cualquier individuo, salvo rarísimas excepciones, puede llevar a cabo las conductas propias de un líder. Solo aquella persona que renuncia a “cambiar” su forma de ser o aquella que por su extremada introversión o disfunción personal le supondría un trauma haría que no pudiera comportarse como líder.
4. Abusando del poder manipular es relativamente fácil. Cuando se habla de liderar se habla, cómo decía Peter Drucker, de que el que dirige “dispone de una herramienta específica: la comunicación. No maneja a las personas sino que las motiva, las guía, organiza para que lleven a cabo las tareas. Su único instrumento para conseguir que así sea es la palabra hablada, la palabra escrita o el lenguaje de los números y su poder de convicción, en otras palabras, de sus conocimientos y aptitudes como comunicador”.
Si nadie escapa a la necesidad de comunicarse, para el líder supone la mayor herramienta para llevar a cabo su responsabilidad. Según dice el primer axioma de la comunicación humana.

ES IMPOSIBLE NO COMUNICARSE
Es decir, de una manera u otra, bien o mal, estamos continuamente mandando y recibiendo mensajes, de forma consciente o inconsciente y el líder debe comprende que su poder de influencia depende fundamentalmente de esto.
Modelo de comunicación de Shanon

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Hay dos grandes campos en que se dividen nuestras comunicaciones, uno es la comunicación verbal y la segunda la comunicación no verbal. Es importante entender que la comunicación no verbal tiene un poder de influencia mayor que las comunicaciones verbales.